La fuente de vitamina D más efectiva la conseguimos en los alimentos. Los productos más ricos en este nutriente son el pescado azul (el salmón, la sardina, la caballa o el arenques). Podemos comprar pescado fresco o utilizar conservas de atún o anchoas como alternativa para nuestros menús. El aceite de hígado de bacalao es una fuente concentrada, con tomar una cucharada al día tendrás la dosis diaria necesaria.
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